jueves, 6 de marzo de 2014

EL RETORNO DEL JEDI

Después de la amenaza de Catalineta, en medio de tanta tensión paramos en un taller, pregunde ja de españolestando nuevamente si podían arreglar la moto, si tenían una cadena para ésta. El mecánico dedicó un tiempo en buscar en una olla, donde habían muchos tipos de cadenas: gordas, finas, anchas, estrechas, nuevas, viejas, etc, comparándola con la original y nada, "que si quieres arroz Catalina".


La mujer del mecánico cogió nuestra cadena, su moto y se fue en busca de una similar. Al cabo de media hora volvió, pero, ¡no la trajo consigo! ¡Vaya decepción! Se nos cayó el mundo encima. Entonces fue cuando ocurrió algo asombroso...

Lo que os vamos a contar es cierto.... El mecánico se levantó, dirigiéndose a la trastienda, y lo que parecía una montaña de piezas resultó ser solo la punta del iceberg; empezó a quitar trastos, motores, embragues, carburadores, llantas, etc... y debajo de todo, se nos apareció... ¡¡¡La virgen!!!


¡Había una moto exactamente igual a la nuestra! Una "Minq" auténtica. Nos hizo el favor de quitarle la cadena para ponérsela a la Latina, ¡qué grande! No nos lo podíamos creer, vaya subidón, ya podíamos seguir rumbo al norte, a Hoi An, como habíamos planeado cuatro días atrás. La Latina resultó no ser tan mala como creíamos; nuestra teoría es que ella sabía que tenía una prima y que daríamos con ella, pero su gran propósito era hacernos pasar un fin de año chino por todo lo alto en una familia muy auténtica, fue todo un detalle por su parte, y nosotros maldiciéndola, ejem, ejem.

El mecánico, en un principio, nos pidió 200.000 dongs (7€), pero cuando acabó pedía 100.000 dongs más, por supuesto, no nos negamos, le pagamos y... de repente, apareció nuestro hermano vietnamita, y al poco rato, nuestro padre de la nada, y nos dijo que fuéramos a su casa a comer y cuando acabáramos nos fuéramos y accedimos a su proposición. Al finalizar la comida picante de nuestra madre vietnamita, cogimos nuestras cosas, las cargamos en La King Latina  y "carretera y manta"...

El jedi había vuelto, estaba mejor que nunca, otra vez melenas al viento y en poco más de una hora llegamos a Hoi An. Visitamos su casco antiguo que desde el atardecer cogía un encanto especial, lleno de farolillos de colores y puestos de comida callejera; aquí probamos el "Cao Lau" (fideos planos con verduras, trocitos de carne de cerdo, brotes de soja y picatostes servidos en un exquisito caldo hecho con no sabemos muy bien qué) que desde el primer momento supimos que sería una de nuestras comidas favoritas.



Hombrecillo en un xe om



Puente cubierto japonés


Playa de Hoi An (Cua Dai)


 Después de la cena, en un paseo por la calle principal del casco antiguo dimos con una pareja de españoles; eran los primeros que encontramos en el viaje...la cara de ella me era muy familiar, el mundo es un pañuelo; resultó ser una antigua compañera de trabajo: Ana Luna, acompañada de Juanjo "Il Capitano", íntimo amigo del hermano de un gran y mediático amigo, Mario Bombardó.

P.D. Si queréis ver un blog serio ( no como el nuestro) y muy recomendable visitar el blog Vuelta al mundo sabrosa.

CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Estic flipant amb colors, lo que no vos pasa a vosaltres, no li pasa a ningú.
    Que gent mes amable, aixó vos pasa aqui en Espanya i es quedeu tirats per quansevol lloc.
    Com mes vas lleixint els vostres pots, mes m'agraden i mes ganes de saber coses, es una pasà, que fotos mes meravelloses, vos tinc enveja sana.
    Disfruteu tot el que pugueu, que jo sense estar ahí amb vosaltres, estic disfrutant combuna enana.
    El mon si que es com un mocador i quina casualitat anar a vore els amics de David.
    Bueno peladilles, m'alegre que estigueu be i que segui-ho disfrutant de "puta mare".
    Vos vull inmensitats.
    Besaetes.

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