jueves, 20 de febrero de 2014

CAPITULO 7: AGARRENSE QUE VIENEN CURVAS

    Nuevamente, nos montamos en nuestra fiel escudera "La Latina", dirección Hoi An para recorrer unos 600 km en 12 o 96 horas,  ya que con las carreteras, el tráfico y esta veterana de la segunda guerra mundial nunca sabes qué pude ocurrir.



Decidimos hacer escalas, ya que unos 200 km nos costaba unas 4 horas; queríamos hacerlo en dos tramos de 3 horas. Primera parada en Quin On; todo salió a pedir de boca.

Siguiente día: de Quin On a... Quan Ngai? Y todos los lectores fieles a esta historia os preguntaréis: ¿pero no ibais a Hoi An? Pues sí, ese era el tan perfecto plan que habían urdido la impetuosa Catalineta y el intrépido Titirimón.



Pero el caprichoso destino tenía otros planes reservados para nosotros...

A 100 km de Hoi An, en una de las paradas que hacíamos para asegurarnos que íbamos por el camino correcto, al querer emprender la marcha, la muy rusa dijo: ¡hasta aquí he llegado! Intentamos arrancarla pero no hubo manera.

¿Qué te pasa Latina?


¡¡¡Me cago en la rusa!!!


Enfrente de donde estábamos, había una familia preparando la comida par celebrar el Tet. Muy amablemente, se acercó el anfitrión y sin mediar palabra se puso manos a la obra junto a sus dos secuaces con la intención de arreglarla.


Empezaron a desmembrarla y a meter mano, uno por aquí, el otro por allá, corto un cable y le pongo otro...nada, que no va, y nadie se acordaba cómo estaba antes; así que viendo la situación nos invitaron a comer en su día de navidad con toda la familia, a todo ésto, la comunicación era súper fluida, eso sí, a base de gestos y eructos. Sólo la hija del anfitrión, que llegó más tarde, a mesa puesta, sabía hablar inglés, lástima que nosotros no, aún así, fue nuestra intérprete durante la comida.

La situación fue de lo más cómica, amena y divertida, parecía una película de Berlanga, y entre tanto plato podías escoger entre algo picante, muy picante, extremadamente picante o el infierno en tu boca.


Después del largo manjar y cuando parecía que la cosa quedaba en eso, el anfitrión que era clavado al tito Ho Chi Minh, se puso nuevamente con nuestra amiga de dos ruedas y  sorprendentemente, después de cambiar una pieza, hacer un empalme y poner las conexiones en "orden", la moto arrancó, eso sí, tanto las luces como el pito dejaron de funcionar, algo imprescindible en la forma de conducir de los vietnamitas.

Saltamos de alegría, nos abrazamos, les abrazamos, les dimos mil veces las gracias y con tristeza nos despedimos, nuestro camino debía continuar y teníamos que llegar antes que anocheciera, así que, arrancamos y continuamos la marcha.




Los dos, encima de la moto habiendo recorrido unos 3 km y todavía eufóricos por lo vivido y exaltando los valores positivos del ser humano (bondad, generosidad, nobleza, respeto, simpatía, etc), de repente escuchamos un fuerte estruendo...

CONTINUARÁ...


4 comentarios:

  1. Pero como nos dejáis así????Estoy totalmente enganchada a vuestras historietas!!!!Seguid disfrutando!Un besazo a los dos!.

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  2. jajaja, me parto, qué cosas os pasan. Eso sí, qué majos los de la familia que os ayudaron, aquí te ven con la moto tirado y como mucho te la roban, jajaja. Un beso parella

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  3. Tremendo la Latina!! Estamos seguros que ese ruido es que solo tenia hambre y no le dabais de comer! Un saludo pareja y a seguir disfrutando...

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  4. Sou totals xiquets meus!!!.
    Que no vos pasarà a vosaltres, sou la canya, atrevits aventureros, ja m'agradaria ser com vosaltres, vos tinc enveja sana.
    La latina vos a fet la pasà, pero vosaltres ho pogut mes que ella.
    Que gust dona la gent de alli, com vos ajuden, quina amabilitat que tenen amb la gent, si aixó vos pasa en Espanya, es quedeu tirats i damunt vos roben la moto.
    Jo estic disfrutant de vore-vos com esteu disfrutant.
    Poseu prompte el seguent pots que estic en ganes de mes.
    Vos vull.
    Besaetes.

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